PERSIGUE TUS SUEÑOS. CAMBIA TUS CREENCIAS LIMITANTES.




A menudo encontramos miles de razones para jutificar porqué no conseguimos nuestros sueños.
La mayoría de las veces estas justificaciones son del tipo “es imposible de lograr para una persona
como yo”, “necesitaría tener contactos para conseguirlo”, “no soy los bastante inteligente o no estoy suficientemente preparado/a para un reto así”, “¿quién va a confiar en alguién como yo?”, “la mayoría de la gente que lo intenta fracasa”, “yo no soy mejor que nadie”, etc… En definitiva o no es posible, o no valgo para ello, o no lo merezco. ¿Te suena?

Estos son los mensajes con los que nos hablamos a nosotros mismos/as, y lo más escandaloso es que ¡nos empeñamos en tener razón! Pero ¿de dónde vienen esos mensajes tan negativos? y ¿por qué le hacemos caso a esa voz pesimista? Muchos de estos mensajes han quedado grabados en nuestro sistema de creencias a un nivel inconsciente, porque algún día alguién nos dijo algo semejante y quizás tuvo razón. Mensajes del tipo: “no vales para dibujar”, “la danza no es lo tuyo”, “aplícate y deja de inventar historias”, “el deporte es solo para super hombres”, o ”no corras que te vas a caer” nos vienen a decir que no somos suficiente o que no somos capaces y anulan nuestra creatividad. Seguramente aquél acontecimiento nos marcó y ello provocó una merma en nuestra autoestima. Entonces dejamos de intentarlo y nos creímos incapaces de conseguirlo. Esto lo trasladamos al resto de facetas de nuestra vida y a lo largo de ella.

Verdaderamente si tratásemos a las otras personas como a veces nos tratamos a nosotros/as mismos/as no tendríamos ningún amigo/a. Lo curioso es que aunque hoy por hoy recibamos todo el apoyo necesario para perseguir nuestras metas seguimos dejando que esas voces nos dominen. Y ¿cómo pararlas? Bien, lo primero que hay que hacer para anular a ese contrincante interno es identificar el mensaje y diferenciarlo de nuestro pensamiento. Es decir, cada vez que una voz interior te dice algo en contra tuya párate y cuestiónatelo. ¿Es cierto que no valgo para este proyecto?, ¿nunca nunca he conseguido lo que quiero?¿podría hacer algo para estar mejor preparado/a y así lograrlo?, ¿qué es lo que yo puedo ofrecer?, ¿qué ayuda necesito?

El segundo paso consiste en transformar ese mensaje en palabras de ánimo, conviértete en tu mejor hincha. Dirígite a tí mismo/a cada día con tus mejores deseos. Para ello enfócate en lo que quieres y no en lo que temes. Cualquier situación de cambio provoca miedos e inseguridades, no te quedes ahí, busca el beneficio que vas obtener en lo que te propones, visualízalo y verás que entonces se ponen en marcha fuerzas inimaginables con las que nunca imaginaste que podías contar. Confía en tí mismo/a y resalta tus logros, no los fracasos. Al principio cuesta esfuerzo, pero no te desanimes, sigue intentándolo, el éxito es cuestión de práctica. Quizás las primeras veces te cueste creer lo que te dices, pero con el tiempo verás el gran poder que ejercen las palabras. Todo lo que tienes en tu mente se hara realidad.

Aqui os dejo un ejemplo muy claro de como a veces nuestros padres o personas que consideramos importantes nos influyen en la formacion de nuestras creencias.



Nuestra vida esta basada en las creencias que tenemos. Que seran limitantes o potenciadoras.


Que es una creencia? La Real Academia define la creencia como el firme asentimiento y conformidad con algo.

Las creencias son principios de acción sobre los que actuamos como si fueran ciertos. Buda decía “No os creáis nada. No importa dónde lo leáis, o quién lo haya dicho, aunque lo haya dicho yo, a menos que concuerde con vuestra propia razón y vuestro sentido común“.

¿Dónde nacen estas creencias? Muchas de nuestras creencias fueron “implantadas” durante nuestra infancia, antes de que fuésemos conscientes de su impacto. La educación que nos proporcionaron nuestros padres en casa, las enseñanzas de nuestros profesores en el colegio; la cultura en la que nos hemos criado e incluso los medios de comunicación que vemos o escuchamos nos han ido transmitiendo una serie de creencias que han quedado arraigadas en nuestro yo más profundo.

El resto de creencias se han ido creando a partir de nuestras propias experiencias, y a su vez, las creencias influyen sobre nuestras experiencias, haciendo que algunas sean posibles y otras no.

 

¿Cuándo es una creencia buena y cuándo no? Las creencias no son buenas ni malas, sino potenciadoras o limitantes

Cuando alguien cree que puede hacer algo, lo hace, mientras que si está convencido de que no es posible, no importa lo que se le diga que no se le convencerá de lo contrario.

Cuántas veces habremos escuchado la frase “No puedo“. Según Paul R. Scheele, presidente de Learning Strategies Corporation, esta frase “es la fuerza de la negación más poderosa de la psique humana“.

Por su parte, Eleanor Roosevelt dijo “Nadie puede hacer que te sientas inferior si tú no se lo permites“.  La mente actúa a partir de creencias potenciadoras para que consigas el objetivo marcado.

¿Cómo identifico una creencia limitante?

  Antes de nada hay que ser consciente de que tenemos esas creencias, para lo cual hay que expresarlas. Una pregunta que puede ser de gran ayuda a la hora de identificar las creencias que nos limitan en la consecución de un objetivo específico es: “¿Qué te impide alcanzar tu objetivo?” Si no eres capaz de identificar ninguna creencia limitante tal vez no hayas pensado suficientemente en el objetivo.

Lo bueno de todo esto es que las creencias se pueden cambian y, por tanto, las experiencias cambian como resultado de estas. Así que busca aquellos objetivos que no hayas podido alcanzar hasta ahora e identifica que es lo que te impedía conseguirlos (el trabajo que deseas, la pareja con la que compartir tu tiempo, una buena relación…)

 

Este es el enlace de LA PELICULA de Louise Hay ,hoy puedes empezar tu nueva vida dirigida por ti y tus pensamientos ,cambiando tus creencias.

 

 Gracias.